22/03/2020

Yo entiendo, vos entendés.
Entendemos porque nuestros corazones dicen lo mismo;
la espada que nos hinca es la misma.
En el paseo de la contigencia nos llenamos de voces desiguales,
yo sé eso y vos sabés eso.
Caminamos costaneras distintas
y sentimos
y dudamos
el mismo desgarramiento.
Ambos mentimos,
ambos fingimos no escuchar
el áspero rasgar
de nuestra piel,
la abrasión de lo que,
sabíamos,
era la injusticia.
Hoy tal vez ya me sienta listo.
…tantas carnes lastimadas,
tantas alucinaciones
para estar
en el mismo lugar,
pero nunca es el mismo lugar,
porque vos nunca sos el mismo.
¿Qué sos?
En el rincón más sangriento
de lo que sabés,
si estás seguro de que no sabés,
deberías intuir que eso es lo cierto
y lo mejor.
Hoy me acerco a vos de nuevo
con mis portales abiertos
a buscar el tiempo perdido y tu perdón.
Por favor, dame la mano,
caminá conmigo.

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